sábado, 11 de julio de 2009

Un anticipo

Llegamos a Vézelay, que está en lo alto de un tozal, dejamos sellar nuestras credenciales en la basílica, fuimos al camping... Y a las 6 de la tarde vísperas en la basílica, cantadas por una comunidad monástica (5 frailes y 12 monjas). Parecían las voces de los mismos ángeles, el incienso con ligero olor a rosas, el templo, sobrio, transición entre románico y gótico, y esos salmos cantados... Imaginaos, tras mas de 700 km -sol, lluvia, cuestas, esfuerzo-, el cuerpo todavía moviendo pedales, y allí estábamos, dejando que los canticos nos envolvieran, nos llenaran... ¿un anticipo del final del Camino? El hecho es que las lágrimas me corrieron por las mejillas. Fue un regalo increíble.

1 comentario:

  1. Una recompensa para vuestro bonito esfuerzo.Desde aqui os apoyamos y deseamos lo mejor.

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